lunes, 12 de mayo de 2014

Trasplante De Médula Osea

¿Cómo funciona la médula ósea?
Está en el interior de los huesos y es la encargada de fabricar las células que forman la sangre.
Su aspecto es el de un relleno esponjoso. La sangre está compuesta por tres tipos de células:
Médula




* Las plaquetas (trombocitos)
* Los glóbulos rojos (hematíes)
* Los glóbulos blancos (leucocitos)

Plaqueta
Las plaquetas: son las células que coagulan la sangre y cicatrizan las heridas, son necesarias para evitar las hemorragias.


Glóbulo
Los glóbulos rojos: su misión es llevar oxígeno y nutrientes a todo el cuerpo. Cuando no hay suficientes glóbulos rojos en la sangre, no pueden repartir bien el oxígeno y la persona está débil, cansada y pálida. Los médicos lo llaman anemia.


Glóbulo
Los glóbulos blancos: son las defensas que nos protegen frente a las infecciones. Nos defienden produciendo una sustancia denominada anticuerpos que es la bala contra los virus y bacterias.


¿Qué es el trasplante de médula ósea?
Es un tratamiento que consiste en destruir la médula ósea enferma mediante quimioterapia o radioterapia y después reemplazarla por otra. Puede ser la tuya propia que habrá sido extraída antes y tratada con quimioterapia o puede ser de otra persona compatible contigo. El objetivo es que la nueva médula produzca nuevas células de la sangre sanas.

¿Qué es lo que va a pasar durante el trasplante?
Empezarás un tratamiento de acondicionamiento, que consiste en la administración de altas dosis de radioterapia o quimioterapia. Este tratamiento sirve para destruir todas las células cancerosas que se encuentran en tu cuerpo, pero a la vez también destruye tu médula ósea.
En este momento del proceso estarás muy propenso a las infecciones por lo que es muy importante tomar precauciones. Estarás en una habitación especial y los médicos, enfermeras y visitas utilizarán gorros, mascarillas, guantes y trajes de hospital para entrar a tu habitación.
Después de toda la preparación y de tanto tiempo de espera llegará el día del trasplante. El día del trasplante no necesitarás ningún tipo de intervención especial, recibirás la nueva médula a través del catéter.
Se parece a una transfusión de sangre (y seguro que a estas alturas ya te han puesto muchas). Este procedimiento no te dolerá, y mientras te la ponen puedes hablar con tus padres, ver la televisión o leer un libro. Una enfermera vigilará por si se produce alguna reacción.
Las células de la nueva médula ósea llegan hasta los huesos donde comienzan a producir nuevas células sanguíneas. Pero este proceso tardará entre 2 y 5 semanas en funcionar bien. Durante este tiempo deberás quedarte en el hospital.
Cuando te den el alta, es posible que tengas que tomar medicamentos para ayudar a tu sistema inmunológico porque todavía se estará recuperando.

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